ESCENA 1. ROBINSON CRUSOE.
(El escenario reproduce una
sala de estar de un apartamento actual. Hay un sofá,
estanterías y una gran mesa de dibujo que ocupa un lugar notorio del
decorado)
(Un único personaje en escena, es una mujer, tiene una carpeta en la
mano)
MUJER.
Mi nombre es Robinson.
(La mujer abre la carpeta)
MUJER.
Robinson Crusoe.
(La mujer extrae unos papeles
de la carpeta)
MUJER.
Si lees este mensaje que voy
a meter dentro de una botella podrás conocer mi historia.
(La mujer hojea los papeles)
MUJER.
La historia de un hombre que
grita día y noche sin poder comunicarse con nadie.
(La mujer, con los papeles en
la mano se dirige hacia un lateral de escena)
MUJER.
La historia de una pobre isla
que ningún barco del mundo conoce.
(La mujer se dirige a alguien
que está fuera de escena)
MUJER.
Y la historia de cómo el
hombre y la isla que al principio se rechazaban y hasta se odiaban, han llegado
a apreciarse y casi a quererse.
(La mujer muestra algunos de
los dibujos que lleva consigo a la persona que está, presumiblemente, fuera de
escena)
MUJER.
Vivo solo en una isla
desierta, rodeada por un océano invencible, en el que se pierden mis gritos
azotados por las olas.
(La mujer ante la nula
respuesta de su interlocutor sale de escena en su busca)
MUJER.
Y se ahogan mis sueños que
apenas resisten unas pocas brazadas antes de que las corrientes marinas
los envíen al fondo…
(No hay nadie en escena pero
escuchamos la voz de la mujer)
MUJER.
Mi nombre es Robinson.
(La mujer vuelve a escena,
pero ahora está acompañada de un niño)
MUJER.
Robinson Crusoe.
NIÑO.
…
¿Te gusta?
NIÑO.
…
MUJER.
Es el nuevo cuento que tengo
que ilustrar.
NIÑO.
…
MUJER.
Quiero que me ayudes a hacer
los dibujos.
NIÑO.
…
MUJER.
Necesito tu consejo.
NIÑO.
…
MUJER.
Son como pictogramas. ¿Lo ves?
NIÑO.
…
MUJER.
Mira, aquí está triste,
Robinson, porque necesita contarle a alguien todo lo que le ha pasado, y las
cosas que siente. Pero no puede hacerlo
¿sabes? Nadie puede escucharle, nadie
puede entenderle, nadie sabe nada de él.
El hombre. Robinson. Está solo.
NIÑO.
…
MUJER.
¿Sabes?
NIÑO.
…
MUJER.
Completamente solo…
ESCENA 2. PREGUNTAS.
(La madre, ante el insistente
mutismo del niño se ha rendido al fin)
(Desanimada, vuelve a
introducir los papeles en su carpeta)
(Camina hasta la mesa de
dibujo y allí, tras lanzar una última mirada al niño, se
emplea en trazar algún boceto)
(El niño se gira para mirar a
su madre. Pero ella no parece
apreciarlo)
(Entra en escena una chica y
se acerca al niño. La madre se mantiene
ajena a la situación como si no percibiera la irrupción del nuevo personaje)
(La chica se acerca al niño,
e interactúa con él a la vez que habla.
El niño, sin embargo, mantiene su silencio de palabras y de gestos)
CHICA.
Yo era un niño normal, como
todos. Al principio. Pero luego no.
CHICA.
No miraba a mamá.
CHICA.
No abrazaba a mamá. Ni tampoco a mi hermana.
CHICA.
Mi hermana se llama Ana y es
un poco mayor que yo.
CHICA.
Mamá y Ana creían que no les
quería.
CHICA.
Al principio. Pero luego no.
CHICA.
Me llevaron a un médico. Que me hacía preguntas.
CHICA.
Las preguntas están
bien. Pero me molestaban un poco porque
tenían esas cosas al principio y al final que eran como garfios así en círculo
y afilados, que parecía que te los iban a clavar para que les respondieras…
CHICA.
Las preguntas estaban bien
pero cuando las leías o te las decían, tenían esos signos que se clavan.
CHICA.
Eso pasaba con las preguntas
al principio.
CHICA.
Pero ahora… también.
(La madre finalmente se
marcha, ensimismada)
(El niño ha quedado solo en
mitad de escena)
(Su hermana le observa,
concentrada. Finalmente la chica va
hasta la mesa de dibujo y traza un gran signo, una gran interrogación y se la
muestra al niño)
(El chico, mira el símbolo y
se gira, molesto)
(Ella rompe el papel con el
signo que acaba de trazar)
ESCENA 3. ROBINSON Y VIERNES.
(El niño permanece estático
en mitad de escena)
(Irrumpe su madre, lleva un
abrigo puesto. Está bastante más
animada que en la escena anterior, hay un cambio de iluminación que indica un
cambio de tiempo)
MADRE.
Hola.
(La mujer se quita el abrigo
y se acerca al niño, le da un beso que no es recíproco en absoluto)
MADRE.
Traigo pictogramas nuevos.
NIÑO.
…
MADRE.
¿Los quieres ver?
NIÑO.
…
MADRE.
Sí. Estoy segura de que los quieres ver.
(La mujer extrae de la
cartera nuevos dibujos)
MADRE.
Son de Robinson Crusoe. ¿Te acuerdas?
El hombre que estaba solo en una isla.
NIÑO.
…
MADRE.
Mira, ahora hay dos
personajes.
MADRE.
Qué bien. ¿No?
NIÑO.
…
MADRE.
El de la barba es
Robinson.
El otro se llama
Viernes.
(La mujer le muestra los
dibujos al niño, que no parece prestar mayor atención)
MADRE.
Es un hombre al que Robinson
encontró un día.
En la isla.
MADRE.
Al principio, no se
entendían.
Hablaban lenguajes distintos.
MADRE.
No conseguían saber lo que el
otro pensaba, no daban con la manera de comunicar sus sentimientos…
MADRE.
Pero con el tiempo llegaron a
entenderse.
MADRE.
A comunicarse.
MADRE.
Y a quererse.
MADRE.
¿Sabes?
(Silencio)
(Ella trata de leer algún
gesto que indique asentimiento por parte del chico, pero no logra descifrar
nada parecido)
MADRE.
¿Te gusta?
NIÑO.
…
MADRE.
Sí. Yo estoy segura de que te gusta.
MADRE.
Segurísima.
Joder, Tomás, q inicio!!! Estoy deseando leerla completa. La obra toca un tema muy interesante desde el punto de vista social, pero también, y por añadidura, desde el punto de vista escénico. Guau!!! Si la estrenas x aqí dímelo para hacer un reportaje para mí programa d 9laloma.tv
ResponderEliminarFelicidades, me ha encantado!!!
ResponderEliminarCreo q se borró mí comentario
ResponderEliminarMe ha dejado perpleja, me ha movido cuerpo y Alma entera
Trabajo con niños con Autismo y me encantaría poder representarla con ellos...
Si es posible compartir la obra entera dejo mí correo car.gm78@hotmail.com
Desde ya muchas gracias por tu gran creación ,un abrazo.carla